29 nov 2010
Diablos y Demonios
El Rey de las Tinieblas se formó y surgió del agua negra. Creó y propagó miles y miles de especies en el infinito. Y las tinieblas se engrosaron de estos demonios, falsos dioses, vampiros, diablos, genios maléficos, todas horrorosas formas de las tinieblas de toda clase, seres sombríos, coléricos, negros, groseros, rabiosos, venenosos, amargados, fétidos, sucios, malolientes, mudos, sordos, obtusos, cerrados, tartamudos, sin oído, enajenados, ignorantes..."
Tomando como referencia a las tradiciones rabínicas, se explica el origen de los demonios señalando a Dios como Creador de los Ángeles, seres espirituales dotados de razón, voluntad propia y existencia inherente. El oficio de estos seres fue, a partir de su creación, el de crear, y lo primero que hicieron fue a otros ángeles, de menor jerarquía.
El primer Ángel que Dios creó se llamó Lucifer (también llamado Luzbel o Lucero, "Portador de luz"), el más bello y perfecto de todos, ostentando el grado de Querubín / Arcángel.
Luego de los ángeles, Dios crea el Universo físico en su totalidad, poniendo a aquellos a trabajar en este espacio; una tercera parte fue destinada a la Tierra, bajo el mando de Lucifer.
Éste, sin embargo, pretendía ser el "Señor", soberano del mundo, el hecho del dominio sobre otros le pareció bueno, contaminó su percepción, lo arruinó, y finalmente se rebeló contra Dios.
Él razonó que la competencia sería mejor que la cooperación, servir al Yo sería mas agradable cuando tomó la decisión de rebelarse e invadir el Cielo, fue convenciendo paulatinamente, tardando el equivalente a decenas de miles de años quizá, a los ángeles bajo su dominio, despertanto la envidia en unos pocos por alguna injusticia imaginaria, y luego valiendose de éstos para convencer a los demás, millones de ángeles santos a rebelarse.
Llegado el momento de ascender al Cielo para invadirlo, Lucifer se enfrenta con el Arcángel Miguel ("¿Quién como Dios?") y luego de una colosal batalla, que según los sabios rabinos duró tan sólo tres segundos, terminaría con la derrota del ángel rebelde.
Vencido Lucifer, recibió de Dios el nombre de Satán el Diablo, y fue precipitado a los Infiernos junto con los ángeles rebeldes, que se convirtieron en Demonios.
Su pena fue la descalificación jerárquica, la pérdida de cualquier otra oportunidad de redención, la perversión de su mente y un cataclismo de proporciones mundiales que destruiría todo lo creado sobre la faz de la Tierra.
Otra opinión acerca del origen de los demonios se refiere a la rebelión a causa del hombre: Por celos a éste, creado a imagen y semejanza de Dios y los ángeles, "profirieron su grito de non servian...
Fuente de Información: Demonografía
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