Ya casi estamos en la mitad de nuestro año... para nuestra tradición las dos grandes festividades solares del año son Beltane y Samhain, la celebración de la muerte y del renacimiento respectivamente.
En Beltane, es el amor el que manda, el que innuda el mundo, el que infla los corazones, está en el aire para todos quienes quieran respirarlo, vivirlo y no es una metáfora.
Se que muchas personas creen que el paganismo es una metáfora, reminiscencias de una vida antigua que sólo podemos imaginar, pero si eres un verdadero pagano, seguro te has dado cuenta, que el tiempo no ha pasado y que nuestra conexión con nuestros Dioses, guardianes y guías está intacta si decidimos sintonizarnos de nuevo con ellos... no es fácil, pero es totalmente posible. Cuando te sintonizas con el amor en su más pura esencia, empiezas a revivir, empiezas a crear tu mundo y a vivirlo en armonía.
Por eso Beltane es tan importante... porque trae energías de fecundidad, de abundancia, de creación, es fuego, es alimentos, es vida en su más pura esencia, vibrar con esa energia y atraerla a nuestra vida en la forma que necesitemos es algo que hacemos en los rituales y los trabajos mágicos específicos para esta época, pero antes de hacerlos, tienes que vivirlos y sentirlos en tu mente y en tu corazón.
Vivir la energía de Beltane, es darte cuenta cómo no importa lo que pase, los árboles recobran su verdor, el sol brilla y da mucho más calor y las plantas florecen, de ese mismo modo como copartícipe de la creación se nos da la oportunidad de crear vida, abundancia, armonía y calidez a nuestro alrededor; tenemos que recordar que los aspectos sublimes de esta vida no cuestan y son las que dan mayor satisfacción y mientras cultivemos nuestra vida interior, nuestra vida florecerá hacia afuera, hacia el mundo material y no al contrario.
La vida es un ciclo, y Beltane es la parte de la vida, el amor y la fecundidad, atraelo a tu vida, vívelo y disfrutalo porque pronto estaremos en la parte oscura del año, donde trabajaremos otros aspectos de nuestra vida. Bendita sea nuestra tradición que nos enseña cómo fluir con las energías que nos rodean para alimentar nuestro espíritu, aprender las lecciones y crecer en la vida... ¿qué esperas?
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